Caminaba por la Habana Vieja hasta que llegué a la Plaza de
Armas, me senté en uno de los bancos que la rodea, necesitaba un descanso.
Como a diez metros de donde me encontraba vi como las aves se posaban en una de
las fuentes, me llamo la atención como buscaban el agua para refrescarse del agobiante
calor. Al poco rato, me levante y me decidí a hacerle algunas fotos, esperé a
que una de las palomas levantara el vuelo, de ahí salió esta foto. Trataré de volver, veré si la paciencia me
ayuda, quien sabe si para la próxima sea
un gorrión el capturado por el lente de la cámara. Siempre me ha gustado
sentarme en ese lugar, es tranquilo y agradable.
No es una gran foto, solo que quiero compartirla con ustedes, nada más que eso.
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