El Cristo de La Habana es una colosal escultura que representa a Jesús de Nazaret, obra de la escultora cubana Jilma Madera. La estatua fue hecha de mármol de Carrara, el mismo que se utilizó en los monumentos del Cementerio de Colón de La Habana. La imagen tiene unos 20 metros de altura y reposa sobre una base de 3 metros en la que su creadora enterró diversos objetos de la época. Su peso aproximado es de unas 320 toneladas. La estatua está compuesta por 67 piezas que fueron traídas desde Italia, ya que fue esculpido en Roma y allí bendecido por el Papa.
La imagen, situada en el poblado de Casa Blanca, en el municipio de Regla, se emplazó en la colina de La cabaña el 24 de diciembre, Nochebuena, de 1958. Tan sólo quince días después de su inauguración, el 8 de enero de 1959, Fidel Castro entró en La Habana después de terminar con el gobierno de Fulgencio Batista mediante la Revolución cubana. La imagen fue alcanzada por rayos tres veces - en los años 1961, 1962 y 1986 - antes de que se fuese ubicado un pararrayos.
La escultura se encuentra a 51 metros sobre el nivel del mar, lo que permite a los habaneros ver la escultura desde muchos puntos de la ciudad; la figura de Cristo esta de pie con una mano en alto, bendiciendo, y la otra en el pecho mirando hacia la ciudad, a esta obra se le dejaron los ojos vacíos para que diera la impresión de mirar a todos desde cualquier lugar que fuese observado. Desde el emplazamiento del Cristo de la Habana se aprecia una vista de toda la ciudad de La Habana.
Fotos Roberto Suárez
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